Ahaztuak 1936-1977, Iruñea * E.H
Desde “Ahaztuak 1936-1977”, queremos denunciar públicamente la resolución de la Delegación del Gobierno por la que se nos prohíbe una concentración en homenaje a cinco luchadores antifascistas que fueron asesinados por el franquismo. Reivindicamos nuestro derecho a celebrar este tipo de actos.
Nuestro trabajo, como colectivo, tiene su referencia en la recuperación de la Memoria Histórica y en el logro de la Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo en su globalidad.
No creemos que sean de recibo las argumentaciones esgrimidas en la resolución para prohibirnos la concentración.
Se dice que, en una publicación, aparecida en una página web, en la que se hace un llamamiento para asistir a la concentración, figuran las fotografías de los fusilados. Si no aparecen las personas a quienes se rinde homenaje, ¿Qué fotografías deberían aparecer?, las de sus asesinos, quizás.
Hemos venido celebrando anualmente actos en memoria de los últimos fusilados del franquismo, con pancarta y fotos incluidas, y de todos los fusilados y victimas de aquel régimen, sin haber generado nunca ningún problema de orden público.
El problema radica en la consideración de terroristas, que para la Delegada del Gobierno, Carmen Alba, tienen estos luchadores antifranquistas. Y para conseguir su propósito, el de la prohibición, mezcla todo; resoluciones de la Audiencia Nacional sobre el caso de Iosu Uribetxeberria, homenajes a los presos de ETA, etc., y nos ilustra en el sentido de la ilicitud de “…ensalzar a terroristas, justificando sus actividades delictivas, ensalzando, así mismo, la lucha armada…”
Mientras la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno de Lakua, solicita la participación en el acto-homenaje a Txiki y Otaegi en Zarautz, la delegada del gobierno de Navarra los considera terroristas.
Sufrimos las consecuencias de una transición que reforzó el “atado y bien atado” de Franco, y de unas leyes, como la de Amnistía de 1977 y la de Memoria Histórica de 2007 (auténticas leyes de punto final), según las cuales se consideran víctimas a servidores de una dictadura, como Melitón Manzanas o Carrero Blanco, y asesinos a los que se enfrentaron a ella y fueron fusilados, como Txiki y Otaegi.
Y bajo estos criterios tenemos que seguir soportando prohibiciones como la manifestación a la que aluden en la resolución de la Delegación del Gobierno en Navarra, y la concentración de “Ahaztuak 1936-1977”.
Consideramos esta prohición un hecho de extrema gravedad, por lo que supone la constatación de que el modelo de impunidad para el régimen franquista y sus crímenes se refuerza con la negación del derecho a la memoria de las victimas de aquel régimen dictatorial.
Desde “Ahaztuak 1936-1977” seguiremos recordando para esclarecer la verdad, exigiremos justicia y condena para los culpables, y reclamaremos reparación.