El pasado 8 de julio por la tarde, los servicios de limpieza de la Mancomunidad de Iruñerria retiraron las flores que horas antes cientos de ciudadanos colocaron en la estela en recuerdo de Germán Rodríguez, militante de LKI muerto por disparos de la Policía en 1978.
Gara, Iruña * E.H
Ayer, justo un mes después, decenas de personas volvieron a la estela de la avenida de Orreaga para volver a colocar flores, como símbolo de la demanda de verdad, justicia y reparación. El de ayer fue un acto sencillo, convocado por la necesidad de dar respuesta a la actitud del Ayuntamiento de Iruñea, según destacó Xabier Barber, en nombre de Sanfermines 1978 Gogoan Herri Ekimena. De este modo, ayer, a diferencia del 8 de julio, no hubo ni megafonía, ni actuaciones musicales ni se cantó el «Eusko Gudariak» ni «La Internacional». Únicamente se trataba de un grupo de ciudadanos que querían afear la actitud del Ayuntamiento de la capital navarra y volver a colocar las flores que retiraron hace un mes. «Hoy no es el día para reclamar al Ayuntamiento todo lo que tenemos que pedir en torno a la demanda de verdad, justicia y reparación. Hoy sólo hemos venido a volver a poner las flores», explicó Barber.
De este modo, Sanfermines 78 Gogoan Herria Ekimena ha convocado a la ciudadanía para que todos los días 8 de cada mes, a las 20.00, acudan a la estela en recuerdo de Germán Rodríguez para protestar por la actitud del Ayuntamiento de Iruñea, que calificaron de «bajeza». Asimismo, este colectivo recordó que «todavía estamos esperando que el Ayuntamiento dé una explicación pública de esta actuación y se pidan responsabilidades por algo que atenta contra el recuerdo de aquellas personas que llevan 33 años exigiendo verdad, justicia y reparación».
Entre los asistentes al acto de ayer se encontraban los parlamentarios de Bildu Maiorga Ramírez, Bakartxo Ruiz, Koldo Amezketa, Aitziber Sarasola, Bikendi Barea y Bittor Rubio.
Barber, asimismo, leyó un artículo publicado por el escritor Miguel Sánchez-Ostiz en su blog «Vivir de buena gana», en el que señala que «quien dio la orden de quitar esas flores, el mismo día en el que fueron colocadas, lo hizo con intención plena de ofender, de vengarse, de imponer, de fastidiar». «Quien quiera que fuera su verdadero autor lo hizo para herir a esa parte de la ciudadanía que reclama verdad, memoria y justicia y para demostrar quién manda en Navarra».